martes, 24 de junio de 2008

Asamblea barrial

Este jueves 26 de junio de 2008 a las 17 Hs en la Capilla "Ntra. Sra. de los Angeles" (sede del Grupo Scout Dr. Esteban Laureano Maradona) sito en calles San Martin y Ceibo de la ciudad de Rosario, se realizara una asamblea barrial para coordinar acciones ante los gravisimos hechos de inseguridad que vive nuestro barrio.
Queremos invitar a todos los vecinos y vecinas del barrio "las Flores Sur" y "Las Flores Este".
Organiza:
Pbtro. Nestor Negri
Centro de Jubilados "Flor de Ceibo"
Grupo Scout nº 797 "Dr. Esteban Laureano Maradona"

miércoles, 18 de junio de 2008

Mas sobre Pocho

Seguimos recibiendo mails pidiendo datos sobre Pocho. Queremos compartir con nuestras Hormigas amigas esto:

A CLAUDIO POCHO LEPRATTI ASESINADO POR LA POLICIA DE REUTEMAN EL 19 DE DICIEMBRE DEL 2001 EN SU LUGAR DE TRABAJO (COMEDOR ESCOLAR DE LA CIUDAD DE ROSARIO) CUANDO RECLAMABA EL CESE DE LA REPRESION. POCHO VIVE LA LUCHA SIGUE

POCHormiga:

POCHO era y es una hormiga, pero una hormiga muy pero muy especial. Exploradora y a la vez Obrera (altamente calificada), sin mencionar, por supuesto, las tareas de organización interna de los hormigueros y las vinculadas con la capacitación de nuevos líderes comunitarios.
En su trabajo de hormiga, localizó los cien lugares del Gran Rosario y del Cordón Industrial donde está el alimento y los materiales necesarios para la construcción del Hormiguero Nuevo, el Hormiguero Grande que otros soñaron, una verdadera Patria donde Todas las hormigas sean Hermanas.

Pocho exploraba y señalizaba los caminos que recorría para que todas las hormigas honestas, dignas y luchadoras se fuesen encontrando, compartiendo sus conocimientos, sus experiencias en la construcción, sus fuerzas y todas las reservas que empezaron a guardar cuando el Rey de los hormiguicidas pronunció aquello de que "Hay que pasar el invierno", (mientras aplicaba el plan del invierno eterno).
- ¡El invierno eterno no existe, si despertamos se va!, andaba gritando y predicando el Pocho con su Bicicleta. - ¡Podemos y debemos construir la Primavera!!!, para eso usaba su garganta y su sangre esta Hormiga ciclista que pedaleaba y pedaleaba bajo la lluvia, contra el viento, cagándose de frió, de calor y de risa hasta llegar a la otra punta del camino, que, para él era apenitas el inicio de otro y otro.
El "NOSOTROS" de Pocho era un nosotros mucho pero mucho mas grande que el que podamos pensar y recorrer en auto o en tren. Era un nosotros como de doscientos idiomas, mil religiones y millones de fiestas de cumpleaños y pesebres. No se limitaba a las hormigas negras, rojas, cumbieras, tangueras, grandes, medianas, pequeñas, diestras, zurdas, chuecas, NO, él creía en un mundo construido por hormigas granito a granito, donde pudieran vivir cómodamente caballos, grillos, perros, abejas, abogados, unicornios, dentistas, elefantes blancos, psicólogos, pastores alemanes y de los otros también. Y también tenía un plan secreto para Vegetarianizar a los hermanos carnívoros e insectívoros, especialmente a los osos hormigueros que con la excusa del neoliberalismo, el fin de la historia y la cadena alimenticia colaboran con el exterminio de hormigas.
Pocho exploraba y señalizaba los caminos como decía, pero mientras tanto hacia el trabajo de obrera transportando pesadas cargas en su mochila que se vaciaba sólo para llenarse nuevamente con auténticos productos regionales.
La mochila de POCHormiga era algo así como un muestrario de hojitas, semillas, boletines, afiches, revistas, y convocatorias de decenas de organizaciones de hormigas rebeldes y solidarias; y en un costado: mate, yerba, gomines, agenda, parches, torta asada o frita, solución y algún paquete de fideos (y una cebolla) pa improvisar un guiso.
Cada cosa que sacaba iba acompañada de una sintética, efectiva y particular explicación sobre los autores, sus objetivos y su forma de organización, y por supuesto alguna referencia a la necesidad de apoyar y/o trabajar en conjunto. Breve y telegráfico era si, accidentalmente, salía rodando la cebolla: "para el guiso" (y punto).

En un acto convocado por el Encuentro de hormigas en defensa de la salud pública, frente al Vilela, (antes del asesinato de Pocho), una Hormiga periodista nos contó que una hormiguita muy chiquita que acompañaba a su mamá en el reclamo desesperado de comida, había recibido como respuesta oficial una bala de goma en la pancita.
Plomo en lugar de alimento, plomo en lugar de caricias, cosquillas y mimos. Nos habló de lo tremendo de este hecho por lo simbólico y por cómo desnudaba la perversidad y la crueldad de los planes hormiguicidas.
Ignorábamos, en ese momento, que a las pocas horas, un 19 de diciembre a las 18h, en la escuela de uno de los hormigueros más pobre de Rosario, sucedería otro hecho cargado del mismo simbolismo.
Esta vez no fue en la panza, Pocho no reclamaba comida para él, estaba usando su garganta como siempre, para predicar que el invierno eterno es un verso, que podemos y debemos construir la primavera, y exigiendo a viva voz a las hormigas que andan con armas y sin memoria, (las que visten uniformes color azul mercenario que es el color más triste de todos) que dejasen de matar y reprimir a quienes deberían estar defendiendo. La garganta de Pocho era para eso, para intentar lo que para otros es imposible; y ahí fue el disparo, no fue a la panza. A la pancita va cuando pedís comida, cuando gritas por los otros va a la garganta.
Hoy pasé por una de las tantas asambleas de hormigas, siguen preocupadas por hacerle entender a todas las otras especies cómo y quien era El Pocho, buscan y buscan traducir con palabras y gestos tanto amor y compromiso, tratan de encontrar algún sinónimo, algo que defina a ese flaco despeinado, ex-seminarista, profesor de filosofía, cocinero-murguero-delegado-campamentero-catequista-organizador de no se sabe cuantos grupos de hormigas.
Si bien sigue el debate (y seguirá), es una necesidad compartir lo que se dijo y también lo que me pareció y quise escuchar:
"Pocho era el Taller de Alas de Colibríes que canta Silvio...era un horno de pan,...era el principito,... parecía una carpa para dos personas pero cuando lo conocías era un camping cincuenta estrellas,...era un despertador....un multiplicador de panes y guisos,...un santo,...era como Cristo,... como el Che...un amigo, un hermano, un compañero...el compañero,...era como un padre,...era el mate cocido calentito para el alma,...el espejo para ver todo lo que nos falta comprometernos... un quijote en bicicleta que no perdía el tiempo con los molinos de viento,...era el chef guisero de la solidaridad y la cebolla,...era el puente, el durazno y el país de benedetti pero las tres cosas juntas, era la chata que te levanta en la ruta después de hacer diez horas dedo,...era la viola de santana, charango de jaime, violin de peteco y de vechio, bandoneon de pichuco piazola y juarez,..que se yo era todo eso y no se fue: lo fueron, lo mataron, lo fusilaron, lo empalaron, lo crucificaron como al otro flaco que nunca anduvo en bicicleta, los mismos de siempre, los mismos que asesinaron, torturaron y desaparecieron a toda una generación de hormigas.
Y ahora andamos con el Pocho por las calles, cargándolo en las pancartas junto a Juan, a Yanina, a Graciela y a todas las hormigas ejecutadas, cargándolo en las pancartas porque se quedo sin sangre de tanto "hacer el amor" como dice Barón.
Eso sí, no era de los que se van así nomás, no te lo decía directamente, pero algo picando dejaba el muy guacho. En las chapas del techo de la escuela donde lo crucificaron alguna Pocheada se mandó. Seguro que esa mancha ahí arriba, el charco seco, es mucho más que eso. Tal vez un mapa, un sueño, una flecha que señala por donde va a llegar el fin del invierno o simplemente algunas tareas o notas de viaje, pero seguro que algo dibujado, escrito o manchado dejo para todas las hormigas que formaban ese nosotros hermosamente grande que él palpaba, sentía y construía todos los días.
Una hormiga chaqueña, conocida en el ambiente masculino como Manolo y en el femenino como Manuel Daniel, con mucho respeto y mucha mas ternura escribió una nota que tituló: Pocho de Ludueña al Cielo. Y si lo dicen los diarios, y lo dice Manolo así debe ser, ahí andará Pocho desparramando nubes con su bicicleta, sacándose el gusto de organizar campamentos, mateadas y guisos con todos los pibes que no llegaron a conocerlo porque "se murieron" antes a causa de Gatillo fácil, hambre, enfermedades curables, "suicidios carcelarios", bolsitas y submarinos, y otros tantos accidentes del capitalismo.
El Tata Dios tendrá que bancarse andar esquivando los piolines de las carpas y soportar celestialmente a la más maravillosa música que es la murga ensayando hasta la madrugada, pero, a lo mejor, podrá enterarse a través de Pocho (si previamente el Sup de allá arriba compromete su apoyo irrestricto e incondicional a la causa) quien es el que anda regalando botellas con un velero enorme adentro sin su permiso y quienes son los que cuando todos duermen pintan en las paredes del cielo:
los Ángeles de Lata,
los Chicos del Pueblo
las luciérnagas,
las lucecitas,
los Juanes,
las Gracielas,
las Yaninas,
los Cañetes,
Los Perros,
Los Huesos,
los Ninguneados,
los Chuecos,
Los Lápices,
las Hormiguitas,
Los murguistas,, seguimos de pie y luchando".
Gustavo Martínez

miércoles, 11 de junio de 2008

Le dieron de alta a nuestro Scout Baleado

Reproducimos la nota periodistica del hecho.

13:02 | martes, 10 de junio de 2008 Noticias | Policiales

"Balean a un joven para robarle un MP3
Un chico fue herido de gravedad por un ladrón en zona sur. La víctima debió ser internada en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez


Un chico fue baleado por un delincuente que le robó un MP3. La bala le perforó el tórax alojándose entre las costillas.

Este lunes, a la tarde un joven de 18 años llamado Ángel fue asaltado por un delincuente que se trasladaba en moto por el barrio Las Flores. En inmediaciones de Cantuta y Paraguay, lo abordó por detrás y le exigió que le entregara un equipo de música digital que tenía entre las manos.

La víctima no se resistió pero cuando fue a dárselo hizo un movimiento que levantó sospechas en el ladrón que con una mano tomó el MP3 y con la otra le disparó a quemarropa.

La madre de Ángel, Elba Caballero, habló con Radio 2 y contó que su hijo está internado en el hospital Clemente Álvarez donde se recupera de la herida de bala en el tórax."

Queremos agradecer todas las muestras de solidaridad para con Angel y nuestro grupo.
Ademas queremos contarles que ya esta en su casa, pero debe mantener reposo durante 15 dias.
a todas nuestras Hormigas. Gracias.

sábado, 7 de junio de 2008

Mural y documental... INVITACION IMPERDIBLE.

Hace unos meses tuvimos la fortuna de conocer a la gente a AVI PRODUCCIONES. El pretexto fue conseguir el multipremiado documental "POCHORMIGA", el cual nos fue obsequiado por Franciasco y Luciana (Director y productora). Luciana gentilmente nos consiguio, ademas, "CINE NEGRO", documental que da cuenta sobre la vida de nuestro querido Negro Fontanarrosa.
Ya en los primeros encuentros nos contaron del documental sobre Ernesto Guevara, y su interes de que participemos los chicos y chicas del Grupo Scout en la confeccion de un mural, que se realizara en el marco del cortometraje. Luego de haber pedido permiso a los realizadores, queremos invitar a todas nuestras hormigas amigas.
Reproduzco la invitacion que nos hicieran llegar.

INVITACION

En el marco del documental
CHE 40 80 50
Dirigido por Francisco Matiozzi Molinas
(Filmado en Bolivia, a filmarse en Rosario y Cuba)

Realizaremos un mural colectivo
Viernes 13 de junio
Desde las 11am y hasta la tarde...
En 27 de Febrero y BsAs, pared a confirmar

Los artistas que estarán pintando son: El Mono Saavedra, Guille Quevedo, Ariel Lovecchio, Lucas García, Flor Allende, entre otros.

Los invitamos a participar del mismo pintando o acompañandonos, se tomarán imágenes y harán entrevistas para la parte Che 80 de la trilogía.

Los esperamos!!!!!!! Por favor reenvíen este mail!!
Saludos,
Luciana

luciana@aviproducciones.com.ar

Equipo Técnico.
Dirección: Francisco Matiozzi Molinas. Producción ejecutiva: Luciana Condito.
Asistente de producción: Gustavo Bracco. Guión y entrevistas: Francisco Matiozzi Molinas, Valeria Simich. Artista Plástico: Rodolfo “Mono” Saavedra. Cámara: Hernán Roperto, Cristian Bovina, Diego Araujo y Francisco Matiozzi Molinas. Fotografía: Diego Araujo y Francisco Matiozzi Molinas. Sonido: Estanislao Sánchez, Alexis Kanter. Foto Fija: Ileana Alejandro. Edición: Cristian Bovina y Francisco Matiozzi Molinas. Movilidad y apoyo logístico: Hugo Matiozzi, María Matiozzi y Silvia López.

Producido por AVI PRODUCCIONES. Rosario, Santa Fe, 2008.

martes, 3 de junio de 2008

Pocho... el militante que murio defendiendo la vida

Son muchos los mails de hormigas de distintos paises de nuestra castigada Latinoamerica. Algunos de ellos nos pidieron informacion sobre la "Pasión y muerte" de Pocho.
Para todos ellos y ellas, esta es una nota periodistica del diario Pagina 12.

"... Claudio Lepratti fue seminarista, hizo votos de pobreza, se definía como un cristiano revolucionario y trabajaba humildemente como ayudante de cocina en una escuela de una barriada rosarina. El 19 de diciembre se subió al techo para frenar a los policías que abrieron fuego contra el comedor lleno de chicos. Una bala de plomo le destrozó la tráquea y lo mató. Orlando Lepratti, el padre de Pocho, reclamó justicia a Reutemann y dijo: "No contestó nada". Un policía está procesado en una causa muy lenta. Hubo otras seis víctimas fatales ese día en Rosario.

Por Adriana Meyer

"¡Hijos de puta, no tiren que hay pibes comiendo!" Fueron las últimas palabras que gritó Claudio "Pocho" Lepratti el miércoles 19 de diciembre de 2001, subido a la terraza de la escuela Mariano Serrano en el barrio Las Flores de Rosario, donde era ayudante de cocina. Intentó parar la represión, pero los policías del móvil 2270 levantaron sus escopetas y le dispararon. Una bala de plomo le atravesó la tráquea y lo mató. Fue una de las siete víctimas rosarinas de la represión que sofocó la rebelión popular que terminó con el gobierno de la Alianza. Hace dos semanas, su padre, Orlando Lepratti, le planteó al gobernador Carlos Reutemann la responsabilidad que habían tenido los funcionarios políticos en la represión. "No contestó nada", relató este agricultor entrerriano de 59 años que viajó a Rosario para participar del homenaje a su hijo que se hizo durante el aniversario del 20 de diciembre. "Me conmovió el afecto que la gente le tenía a Pocho y ahora me entero de todo lo que hizo, con lluvia o sol él estaba, daba parte de su sueldo", contó a Página/12. "Pocho vive - la lucha sigue", dicen las paredes en Rosario. La página web que armaron sus amigos se llama pochormiga "porque era como una hormiga muy especial, exploradora pero a la vez obrera". Allí se puede leer la misma consigna pero completa. "No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos." Su amigo y compañero en ATE Gustavo Martínez cree que Lepratti se transformó en una nueva bandera para la ciudad. "Era un personaje atípico, muy callado, un militante barrial de muy bajo perfil. Tenía una formación sólida, pasó cinco años como seminarista e hizo votos de pobreza. Vivía en medio de la villa", lo define. Pocho Lepratti tenía 35 años, era el mayor de seis hermanos. Había nacido en Concepción del Uruguay, pero decidió vivir en el barrio Ludueña donde coordinaba talleres para niños y daba clases de teología en la escuela del padre Edgardo Montaldo. "La figura de Pocho es la de aquel que se entregó a la causa de los demás, se entregó a los adolescentes de Ludueña y les dictó catequesis, los convocó a campamentos, les enseñó a tocar la guitarra, los instó a estudiar, a ser solidarios, a vivir con dignidad a pesar de la pobreza, a no bajar nunca los brazos", describió Montaldo. También trabajaba grupos de jóvenes que había formado, como La Vagancia. "Siempre nos decía que pase lo que pase sigamos adelante, que si terminamos la primaria empecemos la secundaria, que nada nos pare. Y nosotros vamos a seguir", afirmó Milton, miembro de ese grupo. El padre Montaldo recordó ante La Capital de Rosario que el día del velatorio de Lepratti un policía de la comisaría 12ª lo abordó preocupado por las connotaciones que podría tener ese acontecimiento. El sacerdote respondió que "a Pocho lo mató un cana en su lugar de trabajo y sus compañeros de la comisaría le podrán contar, en relación con la historia del barrio, la cantidad de adolescentes y jóvenes que no conocieron la seccional gracias a su prédica". Montaldo precisó que Lepratti, luego de abandonar el seminario salesiano de Funes en 1991, se quedó a vivir en un humilde barrio de Ludueña y se acercó a colaborar en la tarea de contención social de los adolescentes del barrio, al tiempo que militaba gremialmente en la Cocina Centralizada, donde fue delegado y participó de la histórica carpa como uno de los tantos despedidos por su actividad sindical. "En un momento en que la mayoría de los chicos que andan desorientados y desocupados se juntan alrededor del gran negocio de la droga y la delincuencia, muchos de ellos se nuclearon alrededor de sus sueños e inquietudes", agregó el sacerdote. Recorría en bicicleta el trayecto desde Ludueña hasta Las Flores por la avenida de Circunvalación. Una vez le preguntaron por qué no se compraba un auto o una moto. "No quieras cambiarme la política", respondió. Se autodefinía como un "cristiano revolucionario". Hablaba poco pero cuando lo hacía era preciso. "El trabajo nos hace ascender como personas,mientras que su falta nos incita a la violencia, a la droga, a la delincuencia", expresó en una oportunidad. El grupo La Vagancia elaboró una publicación barrial llamada El Angel de Lata, que en su primera editorial proclamaba ser "los que denunciamos la explotación de los padres y de los chicos, los que acusamos a los señores dueños de todo, hasta de la tierra que en un tiempo fue de todos". Fue otro asesinato El policía Esteban Velázquez está procesado por el homicidio de Claudio Lepratti. Sin embargo, la Justicia determinó que no hay elementos para acreditar que el otro policía que iba en el patrullero, Rubén Pérez, haya sido partícipe porque nada indicaría que supiera que Velázquez había cargado la escopeta Itaka con balas de plomo. De todos modos, la Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial reconoció en un informe que "el asesinato del militante social Lepratti ocurrió fuera de la zona de saqueos y en los fondos de una escuela", y que "no se justifica haber efectuado los disparos reconocidos, aun en carácter intimidatorio". Los policías acusados habían argumentado que abrieron fuego porque fueron atacados a balazos por vecinos apostados en el techo de la escuela. Pero una pericia realizada sobre los disparos que tenía el móvil que usaron ese día determinó que los disparos tienen una trayectoria de abajo hacia arriba, es decir que nunca pudieron haber sido realizados por los vecinos. Pero ésta no es la única irregularidad del caso. En diálogo con Página/12 el abogado Federico Garat relató que una de las testigos recogió un cartucho naranja, que corresponde a la munición de plomo, lo entregó al personal policial, y éstos le dieron a la Justicia uno verde, que contiene balas de goma. "Tienden al encubrimiento del hecho", opinó el abogado que lleva el caso Lepratti y el de otros dos asesinados: Juan Delgado y Walter Campos (ver aparte). Incluso los uniformados se permitieron un detalle macabro: la división judiciales de la Unidad Regional II denunció a Lepratti después de muerto por resistencia a la autoridad y daños calificados. "Quizá lo mandaron a matar porque molestaba el trabajo que hacía, sacaba a los chicos de la droga y de la calle, los hizo estudiar o hacer deportes. No sé, eso se comenta", especula Orlando Lepratti. Cuando fue recibido por Reutemann le planteó que el secretario de Seguridad y los jefes policiales también son responsables por el uso de balas de plomo de sus subordinados y por haber reprimido no sólo a los que saqueaban. "No me contestó nada, sólo dijo que desconocía algunos detalles, me aseguró que no hubo orden de matar y recordó que habían echado al secretario de Seguridad", refiere sobre su encuentro con el gobernador. "Tienen que caer también los de arriba", enfatizó acongojado. Las siete muertes registradas en Rosario están caratuladas como homicidio simple y son investigadas por el juez de instrucción Osvaldo Barbero. Respecto de cinco de las siete muertes no hay detenidos ni imputados. Desde 1983 hubo allí 75 muertos por el gatillo fácil. En 1989, cuando Raúl Alfonsín abandonaba la presidencia presionado por los primeros saqueos, Lepratti llegaba a la ciudad. "Nosotros siempre ponemos los muertos, pero nunca nos matan del todo", se escuchó decir hace un año en el velatorio de Pocho. Y su amigo Martínez escribió para despedirlo que "ahora andará por el Cielo organizando mateadas y guisos con los pibes que no llegaron a conocerlo porque ‘se murieron’ antes a causa del gatillo fácil, el hambre, enfermedades curables, ‘suicidios carcelarios’, bolsitas y submarinos, y otros tantos accidentes del capitalismo...".

Hace click sobre la nota para poder leerla.

Pocho Vive


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