sábado, 4 de julio de 2009

Recordando a "nuestro" Maradona.

En el Dia del medico rural queremos recordar al Dr. Esteban Laureano Maradona.
Esteban Laureano Maradona: El “Doctorcito Dios” de la selva formoseña(1895 - 1995)
El recuerdo de la vida ejemplar del doctor Maradona se funde con el homenaje a todos los médicos rurales argentinos, cuyas historias anónimas nos esconden sus nombres y sus desvelos: el 4 de julio, día de su nacimiento ha sido declarado por ley Día Nacional del Médico Rural.
Autora: Matilde Sellanes

La historia…

Parecía una parada más. Pero la modorra del convoy se sacudió por los gritos y las manos que se levantaban con más angustia que aires de bienvenida, y clamando sin mucha esperanza por un milagro en aquel paraje olvidado…un médico. Un hombre delgado, de apenas 1, 53 m, se alisó los cabellos oscuros y lacios y con voz amable y firme bajó de inmediato a ofrecerse como tal. Tiempo después, el mismo recordaría su encuentro con su Formosa de monte e indios donde pasaría los siguientes 50 años de su vida con estas palabras y esta sencillez: “Había que tomar una decisión y la tomé. El tren que me llevaba a Tucumán, donde vivía mi hermano, estaba a punto de arrancar Yo estaba en el andén del Paraje Guaycurri (que con los años sería Estanislao del Campo) cuando vi muchas manos que se alzaban suplicantes y voces ininteligibles que me llamaban en idiomas diferentes. Entonces me subí a un sulky tirado por una mujer cincuentona muy preocupada y me dejé internar en la maleza. Poco después, como dijeron por allá, le había “salvado” la vida a una indiecita que después se me presentó como Mercedes Almirón y que hoy vive en Tucumán rodeada de sus nietos y sus bisnietos. Un parto distócico había estado a punto de terminar con ella y con el bebé. Fue entonces cuando decidí perder mi pasaje en el tren, que aún me aguardaba, y no volver nunca a las comodidades de mi consultorio en Buenos Aires. La bienvenida me la dieron indios, criollos y algún que otro inmigrante, todos enfermos, barbudos, harapientos. Yo mismo me di la bienvenida a ese mundo nuevo, aún a riesgo de mi salud y mi vida.”

Sin otro adorno que su simple sencillez narró siempre aquel instante que no sólo cambió su vida sino que mejoró para siempre la de miles de habitantes de las selvas de Formosa y Chaco, y que alcanzó a indios tobas, matacos, mocovíes y pilagás, a criollos y a inmigrant es. No fue poco: logró erradicar de ese olvidado rincón del país los flagelos de la lepra, el mal de Chagas, la tuberculosis, el cólera, el paludismo y hasta la sífilis, que él entendía como el mal aportado por la civilización, a la que por eso llamaba “sifilización”. Para lograr sus objetivos, juntó lo que podía y como podía de la ciencia médica traída de la Universidad de Buenos Aires, sus propios y extensos estudios como naturalista, su ingenio y su creatividad y trabajó con métodos y remedios caseros, escribiendo su propia versión del sanitarismo cuando enseñó a sus queridos indios a fabricar ladrillos, a edificar sus casas y a cuidar de su salud.

Inevitablemente alguien lo llamó un día cuando su historia trascendió el monte “el Albert Schweitzer de los tobas y matacos”, y su comentario al respecto ayuda a conocerlo sin necesidad de comparaciones ociosas: “Nunca pude entender quién inventó esas macanas de que yo era como Ghandi o de que era el Albert Schweitzer d e la Argentina —comentaba—, eso no me causa gracia porque yo odio el exhibicionismo en cualquiera de sus manifestaciones. Yo soy sólo un médico de monte, que es menos aún que un médico de barrio”. “Schweitzer sí era un hombre ilustre, él sabía música; era un eximio organista, más allá de su gigantesca obra en África. Y cómo pueden compararme con Ghandi, justamente con él, que con la no violencia salvó a todo el pueblo. Y a mí, sólo por haber cumplido con mi deber, me quieren hacer fama, justamente a mí, que siempre me creí el más inútil de los 14 hermanos. Cómo voy a ser un hombre ilustre si de chico fui retraído, taciturno; fui mal alumno, desordenado, rebelde, solitario y de carácter fuerte. Era medio desobediente y a veces prefería quedarme pintando abajo de un ombú antes que leer libros”. [3]

A los 90 años, cuando los dolores de un cuerpo ya entumecido le hicieron partir a su pesar, se despidió sencillamente de “su gente” y se tomó un ómnibus para Santa Fe. Las c rónicas nos dicen que las autoridades lo detectaron y le consiguieron una ambulancia para que completara el viaje. Llegó tan mal que fue necesario internarlo por un mes, y pidió expresamente a su familia que siempre fuera en un hospital público. Casi 9 años después, pisando el siglo de vida, con la lucidez que lo acompañó siempre resumió su vida en un párrafo cuya sencillez y grandeza estremecen: “Así viví muy sobriamente cincuenta y tres años en la selva, hasta que el cuerpo me dijo basta. Un día me sentí morir y me empecé a despedir de los indios, con una mezcla de orgullo y felicidad, porque ya se vestían, se ponían zapatos, eran instruidos. Creo que no hice ninguna otra cosa más que cumplir con mi deber”. Dos lecciones y a cual más grande: una vida de entrega y trabajo y una humildad igualmente épica.

La biografía formal
Maradona nació en Esperanza (Santa Fe) el 4 de julio de 1895, uno de los 14 hijos de Waldino Maradona y Petrona de la Encarnación Villalba, una familia enraizada ya en estas tierras. Descendía, por parte de su padre, de una familia gallega (los Fernández Maradona) llegada desde Chile en la época colonial a poco de fundarse San Juan donde finalmente se radicaron y dieron figuras de talla histórica. Del lado materno en cambio la ascendencia era criolla (de Santiago y Buenos Aires), y su infancia transcurrió en gran parte en su estancia de Los Aromos en las barrancas santafecinas del río Coronda. Ya adolescente, la familia se trasladó a Buenos Aires, donde se recibió dos décadas después de médico (1928).

Se instaló unos meses en la Capital Federal y luego en Resistencia, Chaco. Y allí estaba en 1930, cuando la revolución de Uriburu depuso al presidente Hip ólito Yrigoyen. Si bien nunca había sido yrigoyenista sino acaso lo contrario, asumió como ciudadano defender la democracia y el gobierno constitucional pronunciando entonces fogosas conferencias en las plazas públicas, que le valieron inmediatas persecuciones. En el entusiasmo de la juventud acaso esa experiencia lo marcara, porque nunca luego llegó a practicarla seriamente y definitivamente se apartó de ella. “Pese a que llegué a ser candidato a diputado por el Partido Unitario —recordaba a propósito del tema—, la política nunca ocupó el centro de mi vida; los políticos, en su mayoría, siempre dicen una cosa y hacen otra, muchas veces desvirtúan la democracia para hacer demagogia en nombre de ella”. [4]

Perseguido por el régimen que derrocara a Yrigoyen, partió para Paraguay donde comenzaba entonces la Guerra del Chaco Boreal, con apenas una valija de ropa, un revólver 38 y su diploma de médico como todo equipaje. Ya llegado, ofreció sus servicios a un comisario de Asunción, pero pidió que no lo sometieran a ninguna bandera porque su único fin era el “humano y cristiano de restañar las heridas de los pobres soldados que caen en el campo de batalla por desinteligencias de los que gobiernan”. Tan nobles palabras le valieron la cárcel por unos días: no le creyeron y lo tomaron por un espía argentino. Poco después ya liberado, lo tomaron como camillero en el Hospital Naval, donde pronto llegó a en tres años llegó a ser director, atendiendo en esa etapa a cientos de soldados de ambos bandos. Fue para ese entonces que conoció a la que sería el único amor de su vida: Aurora Ebaly, una jovencita de 20 años descendiente de irlandeses y sobrina del presidente paraguayo. Ya comprometidos, el romance estaba llamado a ser fugaz: el 31 de diciembre de 1934 Aurora murió con el año víctima de la fiebre tifoidea. Pero fue largo el recuerdo que Maradona encendió en su memoria, pues no se casó nunca y nunca volvió a noviar.

Acaso el dolor del duel o fue uno de los motivos que lo alejaron de Paraguay no bien terminó la guerra. Tras donar los sueldos que ganó a soldados paraguayos y a la Cruz Roja, escapó, de los honores y agasajos que le realizaron. No pocos dijeron que este médico tuvo mucho que ver con el fin de la guerra, pero él mismo se encargó de minimizar las versiones: “Pese a lo que algunos dijeron, yo no fui quien directamente hizo firmar la paz entre ambos países. Solamente colaboré para que se juntaran las comisiones que habían viajado desde Europa con los delegados de Bolivia y Paraguay”.

Volvió entonces a Argentina. Había proyectado las etapas de su viaje: regresaría a su país en barco, hasta Formosa, y allí tomaría el tren que pasaba por Salta, Jujuy y Tucumán; en esta ciudad visitaría a un hermano, que era intendente; después llegaría a Buenos Aires, donde vivía su madre. Fue en ese tren donde le salió al encuentro su destino definitivo en el monte formoseño. El próximo pasaba a los tres o cuatro días, y en ese intervalo la gente del lugar y de los campos vecinos acudió a hacerse asistir, y todos le pidieron insistentemente que se quedara, ya que no había ningún médico en muchas leguas a la redonda. Y también fue entonces cuando simplemente y según sus palabras “Había que tomar una decisión y la tomé… quedarme donde me necesitaban. Y me quedé 53 años de mi vida.”

Y se estableció en Estanislao del Campo, entonces el Paraje Guaycurri, un villorrio formoseño sin agua corriente, gas, luz o teléfono. Y a poco de vivir allí, vio aparecer a los aborígenes de las cercanías, tobas y pilagás. Llegaban de cuando en cuando, como espectros en fuga, miserables, desnutridos y enfermos a los comercios y viviendas de los límites del poblado, ofreciendo canjear plumas de avestruces, arcos, flechas y otras artesanías por alguna ropa o alimento que necesitaban. El corazón de Maradona se conmovió y latió con ellos, con su dolor y su desamparo, y se transformó en un compromiso asu mido como obligación moral de hacer algo por ellos, desde entonces y durante toda su vida. E hizo muchísimo: no es fácil resumirlo, el lector habrá de llenar los espacios cotidianos que mediaron en medio siglo… Primero acercarse, ganar su confianza demasiado herida, atenderlos, curarlos, oírlos y aprender sus lenguas y costumbres hasta ser aceptado en las tribus.

Y en el monte y las tolderías se escribió el capítulo más admirable de este hombre de extraordinaria riqueza y fuerza espiritual volcada en amor a su prójimo más necesitado. Su labor no se circunscribió solamente a la asistencia sanitaria: convivió con ellos, se interiorizó de las múltiples necesidades que padecían y trató de ayudarlos también en todos los aspectos que pudo: económicos, culturales, humanos y sociales. Realizó gestiones ante el Gobierno del Territorio Nacional de Formosa y obtuvo que se les adjudicara una fracción de tierras fiscales. Allí, reuniendo a cerca de cuatrocientos naturales, fundó con éstos una Colonia Aborigen, a la que bautizó “Juan Bautista Alberdi”, en homenaje al autor de “Las Bases . . .”, colonia que fue oficializada en 1948. Les enseñó algunas faenas agrícolas, especialmente a cultivar el algodón, a cocer ladrillos y a construir sencillos edificios. A la vez, los atendía sanitariamente, todo, por supuesto, de manera gratuita y benéfica, hasta el extremo de invertir su propio dinero para comprarles arados y semillas. Cuando edificaron la Escuela, enseñó como maestro durante tres años, hasta que llegó un docente nombrado por el gobierno.

Era además un apasionado de las ciencias naturales. Inspirado por la riqueza natural del monte formoseño, escribió una veintena de libros, la mayoría inéditos, sobre etnografía, lingüística, mitología indígena, dendrología, zoología, botánica, leprología, historia, sociología y topografía. Varias veces le ofrecieron puestos; nunca prestó conformidad. En 1981 un jurado compuesto por representantes de organismos oficiales, de entidades médicas y de laboratorios medicinales, lo distinguió con el premio al “Médico Rural Iberoamericano”, que se adjudicaba acompañado de importante suma de dinero. Rechazó a ésta de plano, y en el mismo acto de la entrega, logró que con ese fondo se instituyeran becas para estudiantes que aspiraban a ser médicos rurales. Cuando ya era anciano, el gobierno quiso destinarle una pensión vitalicia; tampoco aceptó. Su norma inquebrantable de conducta rezaba “todo para los demás, nada para mí”.

Fue postulado tres veces para el Premio Nobel y recibió decenas de premios nacionales e internacionales, entre los que se cuenta el Premio Estrella de la Medicina para la Paz, que le entregó la ONU en 1987. Sin embargo, no le importaban los honores. Había escrito su historia en el silencio, y la fama lo asaltó tiñendo su figura de ribetes legendarios y valores espirituales alejados de las sociedades de este tiempo, que paradójicamente lo admiraron por ello. Esa notoriedad le fue tan ajena como los homenajes o las retribuciones dinerarias: simplemente no alteraba su vida ni la aceptaba como algo merecido o que valiera la pena. En una carta dirigida a Eduardo Bernardi, al referirse a los premios, escribió: “Es todo humo que se disipa en el espacio”. Sus frases, siempre amables y sin altisonancias, son en sí mismas un legado más para la reflexión cuando ya su figura es una ausencia grande:

“Si algún asomo de mérito me asiste en el desempeño de mi profesión, éste es bien limitado; yo no he hecho más que cumplir con el clásico juramento hipocrático de hacer el bien”.

“Muchas veces se ha dicho que vivir en austeridad, humilde y solidariamente, es renunciar a uno mismo. En realidad ello es realizarse íntegramente como hombre en la dimensión magnífica para la cual fue creado” ….”estoy satisfecho de haber hecho el bien en lo posible a nuestro prójimo, sobre todo al más necesitado y lo continuaré haciendo hasta que Dios diga basta”.

Y mucho bien hizo, y ese bien habría de ser muy necesitado pues Dios tardó en decir basta. Recién cuando ya desbordaba los 91 años a mediados de 1986, enfermó y aceptó ir a vivir en Rosario con la familia. Su sobrino, el doctor José Ignacio Maradona y su esposa Amelia junto a sus diez hijos lo rodearon de afecto los nueve últimos años de su vida. De una lucidez asombrosa, que conservó hasta su muerte, estudiaba con los más chicos medicina e Historia. Su más cercano amigo durante 35 años, Abel Bassanese, cuenta que en el día anterior al de su deceso habían estudiado temas sobre el Virreinato del Río de la Plata. Murió de vejez, sin sufrimientos físicos ni morales -en la santa paz de los buenos y justos- poco después de despuntar la mañana del 14 de enero de 1995, cuando le faltaban apenas unos meses para cumplir los cien años.



Su recuerdo, tal como quizá lo hubiera querido, se funde con el homenaje a todos los médicos rurales argentinos, cuyas historias anónimas nos esconden sus nombres y sus desvelos: el 4 de julio, día de su nacimiento ha sido declarado por ley Día Nacional del Médico Rural.

27 comentarios:

Pablo Romero dijo...

Simplemente... ¡¡¡ADMIRABLE!!!!

buho terco dijo...

Los tiempos del juego
… El “juego desestructurado” produce el mismo efecto que las “charlas de moral” que los dirigentes les dan a sus chicos… no se deben abusar de ninguno de los dos… La promoción del juego “desestructurado” sólo “beneficia” a las clases medias y acomodadas dadas las posibilidades de desarrollar la supuesta “actividad libre” con los insumos necesarios; los económicos y cognitivos (por transmisión cultural de los padres). El ritual de jugar favorece a todos, en especial a los desfavorecidos en lo económico o social, a las poblaciones llamadas de “riesgo” (uno de los nombres de la pobreza) quienes poseen distintos déficits simbólicos (ausencia de familia, de referencias, violencia familiar y social) . Mediante el ritual del juego algo se enlaza, se regula, puede que el acontecimiento se transforme en estructura, y esas “reglas del juego” se transformen en reglas de vida… pensemos que quienes han crecido en sectores donde la familia no existe el juego desestructurado es vivido como acontecimiento sin posibilidad de estructuración, y esta es necesaria para que se pueda hacer experiencia. Los chicos no van a orientar su vida por las charlas de compromiso con el barrio a partir de los valores pequeñoburgueses de los dirigentes, tampoco por el juego libre… simplemente jugando como scouts, permitiendo el ritual del juego, es allí el taller donde se van forjando… con que un dirigente haga bien eso, alcanza y sobra… primero esto, después el resto…
http://apuntadalto.blogspot.com/

Halcon Milenario dijo...

Por fin dejaron las pedorradas de zurdos y estan hablando como corresponde de un prohombre que no le llegamos a los talones. Cuantos ejemplos habra de heroes anonimos que cada dia tratan de dejar mejor al mundo que cunado llegaron a el.
SLPS

Anónimo dijo...

Halcon contento con Macri?
Che si bajamos la edad de la imputabilidad, no se... a los dos años?
Halcon si el blog te da zurdo, y te causa una urticaria importante.
Para que lo lees?
Pablo de Rosario

Anónimo dijo...

lo lee para ver si puede aprender algo!!!
aunque no creo .... porque con lo chato que es ... no le da la cabeza para aprender mucho. jajaja

halcon milenario dijo...

de todos se aprende algo aun de tu adversario y lo primero que se hace es conocerlo y no subestimarlo como lo hacen ustedes.
Por eso nunca llegan a ningun lado, por eso su referente zurdin Don K perdio las elecciones,por soberbio, penso que los derechosos estaban derrotados, asi le fue.

Anónimo dijo...

ahora los del maradona son K?
a la mierda que tienen rotulos.

Anónimo dijo...

¿Los K zurdo? ¿te interesa la política Halcón?

¿Zurdos enemigos? ¿o sólo gente que tiene un pensamiento político diferente?

Anónimo dijo...

1º quien dijo que k es zurdo, no llega ni a los talones

2º halcon no entiendo ni a vos ni a los otros que dicen que somos zurdos, en que te basas para decir eso.

Si el hecho de trabajar en la comunidad, y no quedarse con que el scout es de patio, que vive con el uniforme, mejor dicho sin uniforme no es scout, pedir permiso para formacion, castigar a la antigua alguna cagada... etc ...etc... ya lo vivi de chico y me parece que el scout debe evolucionar a la actualidad, no me vas a venir a hablar de mistica, de ultima hablame de la buena, no de las pedorras, de tradiciones, si de las buenas esas que contribuyen, aca laburamos de enserio, no de la boca para afuera, te invito a venir una tarde para mostrarte personalmente, y lo compruebes, que hablar por hablar, lo hacen todos, laburar laburamos pocos

Un educador de maradona

Anónimo dijo...

Halcon militarista vos todavia haces "bailar" a los chicos que se portan mal?

buho terco dijo...

A Nelson no lo mató la gripe A (Rosario)

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lunes, 06 de julio de 2009 a las 20:42

Me dicen que acaba de morir Nelson, a quien yo no conocía pero mis hijas sí, porque era su cumpa. Y los compañeros de mis hijas son también mis compañeros. Llevado de la mano de la maldita gripe A, todo a simple vista daría la razón a los que nos dicen que nos encerremos, que desconfiemos del estornudo del otro, de la mirada del otro, de la presencia del otro. Que 'el otro' es tu peor enemigo.

Todo parecería que cierra, me imagino las explicaciones del diario La Capital de mañana. Si no fuera porque Nelson NO MURIÓ POR LA GRIPE, que fue la última gota que colmó su joven cuerpo: Nelson MURIÓ POR POBRE.

Murió por no tener el asesoramiento correspondiente. Porque ni en la sala de espera del hospital público ni en el consultorio, nadie se ocupó de decirle que, además del antitérmico que le administraron cuando concurrió, debía volver al día siguiente.

Murió porque vivía con la abuela, y cuando debería haber estado cuidado por el Estado, que es quien tenía la obligación de intervenir cuando la familia no podía, no apareció ni se interesó.

Murió por pobre. Porque su cuerpo, atravesado por una peste tras otra, no tenía todas las defensas necesarias consigo. Siguió el destino de los pobres, con el examen tardío, el tratamiento tardío, el asesoramiento tardío, por la desidia de un sistema de salud que no cuida a quienes más aportan a ella.

Hijo orgulloso de un militante villero peronista, tuvo el destino de su pueblo. Maltratado, malherido, ninguneado por un sistema hipócrita. Como víctima,se convertirá seguramente en bandera y memoria de los que como él, quedan fuera de toda protección, pobres de toda pobreza.

buho terco dijo...

el texto anterio r es de Beatriz López.

Anónimo dijo...

que los maradonianos son zurdos?
jajajajajajajajajja si es asi perdon al che a los sandinistas a los curas villeros a Monse Angelelli y a todos aquellos luchadores sociales sin importar religion o banderas.
A lo sumo son troskos cascoteros que mueven el piso y tiran mierda pero a la hora de tomar decisiones nada.
Ni eso siquiera
Los dirigentes del Maradona son CHETOS, que juegan a ser diferentes con un nivel social ajeno, lejano e incomprendido por ellos, un idioma que quieren interpretar y no comprenden.
Terminan siendo como los chicos universitarios de Sendero Luminoso que tenian una idea maoista formada del campesinado y terminaron asesinando a los propios campesinos que decian defender..POR NO PENSAR COMO ELLOS!!!

OJO CON LO QUE DESEAN PUEDE SER MATERIALIZADO!!!
Sean lo que quieran ser, no usen a los scouts.

SLPS

Anónimo dijo...

Uy 17:27 ¡qué esclarecido!!!

Cuántos conceptos interesantes: scouts, maoistas,universtario, sendero luminoso, campesino, curas villeros, chetos y todo eso mezclado y batido en un texto que nos abre los ojos.

Anónimo dijo...

En tres palabras 17:27 ¿Por qué los del Maradona usan a los scouts?

buho terco dijo...

¿por què es tan difícil de respetar la manera que tienen los distintos grupos de practicar el escultismo?

Pueden cuestionarle a la gente de este grupo que están "creídos", pero eso se lo dice solo desde una postura de "superado", asi que...

No jodan... scouts trabajando e intercambiando, si cada uno lo que dice con el pico lo sostiene con el cuero, seguramente todos andaríamos mejor y en vez de criticar la diferencia veríamos en ella un vbuen motivo para poner en tensión los modos de practicar escultismo que tenemos (todos) para hacer mejores cosas por los niños, jovenes y familias de las comunidades

Anónimo dijo...

El problema es que no hay una forma de ver y practicar el scoutismo, somos seres individuales, con distintos pensamiemtos, cada cual lo ve y practica a su modo, el verdadero scoutismo lo practica cada uno, estando varios o pocos de acuerdo, pero quien es alguien para juzgar el trabajo de otro?.
Podes o no estar de acuerdo con el laburo que realizamos, sino lo estas y parece que lo hacemos mal, iluminanos y mostranos que haces vos(esta es la parte en que se calla y no sabe que decir).
Se ve que nos conoceras bien, afirma con datos feacientes lo que pones(si es que tenes pruebas), decis que somos chetos que jugamos en otro nivel social que desconocemos, sabes la vida de cada uno de nosotros?, conoces la situacion economica de cada uno?.

Quizas nuestra situacion sea distinta, pero es la forma que encontramos y nos sentimos identificados nosotros para realizar nuestra cuota de scoutismo, a tu entender sera incorrecta, pero es mejor que quedarse encerrado en el patio(como vos lo haras).
Como digo siempre a la hora de criticar somos muchos, a la hora de poner el lomo brillan por su ausencia, por eso te invito a parte de criticar nuestro laburo, que expongas tu forma de trabajo, por lo menos asi vemos como labura un verdadero scout como vos.....

Un educador de maradona(no pongo scout porque segun vos no lo soy)

Blog Master dijo...

Lamentablemente son pocos los que pueden criticarnos con fundamentos. Esto se debe a que son muy pocos los hermanos scouts que se acercaron a las actividades que realizamos. Solo como ejemplo, el año pasado hicimos:
Charlas,asambleas barriales, marchas, actividades en la plazas.
Solo se acercaron a las actividades 6 scouts:
el ex DD4 Sanchez (participo en 3 actividades), el AZRRAA (participo en 1 actividad) AZ Orlando ( particpo en 2 actividades) Jefe de grupo de Martin Guemes ( participo 1 actividad), Pablo Romero ( participo en 1 actividad), Educador Rover Claudio (participo en 2 actividades).
Ellos son los unicos que pueden hablar sobre el trabajo que hacemos, simplemente porque son los unicos que lo conocen por haber "caminado" el grupo. Por eso no le doy entidad a la critica bloguera anonima.
Pero no se preocupen no nos sentimos solos, las vecinas y vecinos, las organizaciones gubernamentales y las ongs del barrio valoran lo que hacemos.
Tambien quedo demostrado que no es tan facil como todos creen (a la distancia por supuesto) tener un grupo scout abierto en este barrio. El año pasado un grupo scout hermano se instalo a 4 cuadras de nosotros y lamentablemente duro solo un año. Se mudaron este año.
El año pasado participamos del consejo de organizaciones del barrio las Flores. Hasta el año pasado Scouts de Argentina era la UNICA ONG que trabajaba con adolescentes y jovenes en el Barrio Las Flores.
Los boludos (desde lejos) ven a los "zurdos, trotskos, pseudo- scout" del Maradona. Las vecinas y vecinos ven simplemente a los Scout.
Para terminar no queria dejar de agradecer a Buho Terco sobre el comentario inteligente que nos acerco sobre Nelson,el pibe que fallecio.
Como siempre los invito a pensar, y por que no debatir ideas.
Les dejo una pregunta:
¿puede un grupo scout integrar chicas y chicos que forman parte de gangs (bandas)?

Anónimo dijo...

¿PORQUE NO CUENTAN DE LOS APRETES QUE RECIBIERON?
Y DE LAS AMENAZAS DE JUISIOS...

Blog Master dijo...

no existieron aprietes. Nosotros no nos dejamos apretar por nadie. ¿con quien te crees que hablas anonimo 0.10?
Amenazas? con que nos pueden amenazar? No te persigas. si es que esas practicas forman parte de los scout, nosotros nunca las sufrimos. Vos Si? porque no contas que te paso?.
La pregunta sigue en pie.

Anónimo dijo...

en tres palabras segun Capussoto 19 57

PORQUE SON PUTOS


JAJAJAJAJAJAJA

Pablo Romero dijo...

Blogmaster
¡¡¡...por supuesto!!!! el grupo scout tiene que aceptar a todo chico/a o muchacho/a que desee ser scout. Presisamente el desafio es ese, tratar de ofrecer otra opcion a los jovenes, si nos tenemos que comer algunos sapos en el camino es parte de nuestro trabajo.
Cuando en asamblea de seccion se analiza la progresion personal de cada miembro alli se trabajaran las distintas problematicas.
Los libros mas serios de escultismo aconsejan salir a los barrios a buscar malandrines/as para que se hagan scouts.
Un abrazo a todos. Pablo

PD:los anonimos que catalogan al Maradona de zurdos supongo que refiriendose a ideologia de izquierda, seria bueno que tiren para el debate una definicion de que es la izquierda y que es la derecha.
Una vez esclarecido esto se podria ver que es mejor si ser de izquierda o de derecha o puede ser buena cualquier opcion.
Esta propuesta es la segunda vez que la hago, en la anterior nadie contesto.

Anónimo dijo...

14 10 eso son los de la patrucha.

UN DIRIGENTE MAS DEL MONTON dijo...

LA VERDAD ES QUE ES UNA PENA QUE UNA NOTA DE TAL INTERES SE MANCHE POR COMENTARIOS QUE BUSCAN SI O SI LA DISCUCION Y EL ENFRENTAMIENTO LA VERDAD ES QUE NO HABRA OTRO EJEMPLO COMO EL DOCTOR PERO SI SEGURAMENTE HABRA ESTUPIDOS QUE SOLO DESEN LA SEPARACION Y LA DESUNION DE LOS GRUPOS COM SIEMPRE A LOS DEL MARADONA ALGO QUE NADIE PODRA QUITARLE ES SU TRABAJO SIGAN ASI

Anónimo dijo...

Muy buena nota. Felicitaciones.
Martin Olari.
GS ACONCAGUA.

Pablo Romero dijo...

Blog Master, me dejastes con la espina sobre que opinan ustedes con respecto de contener o no a chicos/as que participan de las bandas.
Un abrazo, Pablo

Blog Master dijo...

Querido Pablo, ante todo no estamos de acuerdo con el termino contener. Creemos y sostenemos que los grupos scouts debemos ser territorios para ser explorados por los chicos/chicas. Creo que esto es un elemento fundacional del movimiento scout.
La pregunta sobre las bandas fue para comenzar a pensar si como organizacion contamos con conocimientos y herramientas para afrontar este tema. Nuestra idea no es caer en "SA es una m..." eso seria lo mas facil, lo complicado es reconocer esto como algo que ya esta entre nosotros y que no estamos preparados para dar respuesta.

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Pocho Vive


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